viernes, 26 de noviembre de 2010

Palabras.


Cama. Susurros. Gemidos. Sudor. Dormir. Cigarro. Ventana. Pétalos. Cocina. Macarrones. Tomate. Ducha. Láminas. Papel. Escritura. Sutileza. Detallista. Flores. Color. Rosa. Roja. Amor. Bombones. Sexo. Gritos. Silencio. Mentiras. Silencio. Odio. Silencio. Pánico. Silencio. Fúnebre. Silencio. Vida. Muerte. Silencio. NADA.

jueves, 25 de noviembre de 2010

¿Feliz cumpleaños?


18 años. 18 años y un sueño. El sueño de poder llegar a ser algo en su vida. Y ella es feliz, por lo menos lo intenta con ganas. También le gusta juguetear con las puntas de su pelo, le encanta. Pasaría horas y horas mirándose las puntas. Ella es así. A veces, cuando todo el mundo ya está soñando, se queda pensando en todo lo que le rodea. En sus miedos, en sus inseguridades. Es tímida, pero a la vez inteligente y simpática. Le gusta mucho bailar, incluso lo hace bien. Le encantan las películas con finales felices. Sonríe y sólo con eso ilumina a las personas de su alrededor. Sabe escuchar los problemas, se los guarda en su interior y da mucha confianza por ello. Ella es buena persona, algo que muchas otras no lo son. No intenta hacer daño a nadie. Le dan miedo los gatos, pero en el fondo los adora. Ella parece infantil y, en muchas ocasiones lo es, aunque cuando tiene que soportar las cosas duras de la vida lo hace sin mayor temor. Porque ella es especial, es mi ángel, la persona que necesito a mi lado. Ella es, simplemente, ella.

martes, 23 de noviembre de 2010

Niña sin sonrisa.


Ella está triste. En lo más profundo de su ser sabe que todo está muy mal. Aunque a veces finge esa sonrisa tranquilizadora. Y los demás piensan que está bien, pero en realidad todo es fachada. Él, lo que la rodea y sus amigos hacen que sea cada vez más y más infeliz.
- ¿Por qué no podré encontrar mi sonrisa? -pregunta ella de forma retórica.
- Porque para poder ser feliz necesitas algo más que respirar -contesta su voz interior, siempre tan sabia.
Y ella camina por la orilla de las sombras, entre árboles podridos. No puede encontrar ninguna razón que la obligue a sentir algo más. Y menos desde que él no está. Se siente como si todo fuera oscuridad, vacío, insignificante.
Pero mantiene la esperanza de que, algún día, conseguirá sonreír de verdad. Y, por lo menos momentáneamente, ser feliz.