lunes, 6 de junio de 2011

¿Imaginamos?


Ella se inclina sobre él y le sorprende con un suave beso sobre los labios antes de susurrar un suave "te quiero". Él sonríe y le acaricia la espalda con dos dedos, disfrutando con tan sólo la presencia de ella a su lado.
- ¿Imaginamos? -pregunta ella, incorporándose un poco para mirarle.
- ¿Qué quieres imaginar? -él responde, observando los labios de ella.
- Podemos imaginar que estamos los dos juntos de verdad, que no sólo es un sueño. Podemos imaginar que tú me abrazas mientras caminamos por Sintra y que no tenemos miedo a volvernos locos el uno por el otro. Podemos imaginar que no hay distancia, que sólo con un paso podemos estar juntos, que tu casa está cerca de la mía. Imaginemos un atardecer los dos juntos en una playa desierta, una habitación de hotel y muchas horas por delante o simplemente estar los dos en una cafetería. Podemos soñar con que no hay mañana, sólo el tiempo en el que estamos juntos, tú y yo -ella se tumba al lado de él, sin apartar la mirada de su rostro, observando su reacción.
- Pequeña, me parece perfecto todo lo que has dicho, pero ¿sabes con qué sueño yo? -ella le presta más atención y él ladea una sonrisa- Contigo, sólo contigo.

sábado, 4 de junio de 2011

Alone.

Ella camina entre la multitud hasta encontrar un lugar apartado donde poder sentarse, despejarse. Abrumada por tanta gente, necesita un momento para volver a respirar y pensar en qué estaba pasando. Sus amigas no estaban, se encontraba sola. Sola y como una estúpida. "No puedo más", susurró con una lágrima en los ojos.


Muchas veces me paro a pensar en cosas que no debería ni analizar. Cada vez todo el mundo pasa más de los demás, cada vez paso más de todo el mundo. Me molesta que me insistan, pero aún más que ni siquiera lo hagan. Agradezco un abrazo a tiempo, aunque también acepto los que están fuera de lugar. Me gustaría poder estar frente al mar con él y gritar, sin acercarnos al agua, sólo rozando la arena. Odio cuando la gente es tan falsa que incluso ella misma se cree sus mentiras. Me gustaría no pensar tanto en las cosas una vez hechas. ¿Qué más da si le besé, si no le besé o si salí aquel día? Lo hice porque en ese momento era lo que creía y punto. Muchas veces estoy equivocada, pero otras acierto y no obtengo una recompensa. Y últimamente siento que estoy perdiendo demasiadas cosas, incluso la vergüenza a estar sola. Te necesito y no puedo ni decirlo en voz alta; necesito tus abrazos, tus palabras bonitas y tus besos. Y sí, tal vez todo fuera un error, pero me gustó vivir ese error.