lunes, 31 de enero de 2011

Viaje al centro de su tierra II


Coge las maletas, como buen caballero que es, mientras ella baja la escalera hasta el coche. Ella está impaciente. Van a pasar un fin de semana a Logroño y, con él, todo puede pasar. Ella es feliz, tan feliz que le da miedo sentir algo tan fuerte. Por eso trata de fingir que no lo necesita tanto, intenta creérselo ella misma. Aunque él la quiera aún más, como cuando se quiere incondicionalmente a un niño pequeño simplemente porque te da vida con una carcajada.
- ¿Estás lista, mi amor? -mete las maletas en el maletero y le abre la puerta del coche a ella.
- Sí, estoy lista para saber qué pasará.
Y él agarra sus mejillas y la mira a los ojos. No dicen nada, pero saben que aquello nunca estuvo bien. Tal vez, apostar por alguien con quien no deberías estar traiga más problemas, pequeña. Pero ella no quiere darse cuenta de que él no es el hombre de su vida, según cuentan. Cada vez que sus labios se unen, da igual qué más puede pasar. Da igual todo, excepto ellos.

domingo, 30 de enero de 2011

Viaje al centro de su tierra I.


Un mapa encima de la mesa y una pequeña caja sobre él. Ella todavía no ha llegado, pero no falta mucho para que lo haga. Él se ha puesto su ropa favorita, ropa que ella le regaló. Perfumado con el aroma que ella más adora y peinado en un estilo casual muy interesante. La puerta, la puerta se abre.
- Jorge, ya estoy en casa.
Él aparece ante ella con una gran sonrisa acompañado de una gran rosa roja. Ella lo mira con extrañeza, no se lo esperaba. Coje la rosa y se acerca a él, dándole un suave y profundo beso en los labios. Pero eso a él no le parece suficiente. ¿Una rosa? ¿Sólo una rosa para ella? No.
- Vamos, ven, mi amor, tengo algo especial para ti -agarra su mano y la dirige hasta el salón, donde está el mapa.
- ¿Qué es esto? -se acerca hacia el mapa, observándolo con curiosidad.
- Cierra los ojos y señala un lugar, princesa.
Ella, con cierto recelo, cierra los ojos. Acaricia el mapa con su dedo índice, sin saber dónde pararlo. Y uno, dos, tres. Por fin elige un lugar, donde ha dejado su dedo.
- Ya, ahora, ¿qué?
- Abre los ojos y observa el lugar que señalas.
Ella obedece sin rechistar. ¿Para qué hacerlo? Sabe que él siempre consigue lo que se propone. Abre los ojos y aparta un poco el dedo, observando el lugar. Logroño.
- ¿Qué ocurrirá en ese lugar?
- Una sorpresa, mi cielo, una gran sorpresa.
Y la vuelve a besar, con una gran felicidad en su rostro. Su beso está lleno de armonía, de colorido, de un sabor especial, su sabor.

The only girl in the world.


Suenan voces a lo lejos. Risas de niños, tal vez. Ella camina distraída por la calle sin observar siquiera esos decorados árboles. ¿Para qué? Todo está igual que siempre. Y sigue andando. Un paso más, un paso más. Mira hacia el suelo, con la música en sus oídos. No tiene ganas de nada, como de costumbre. Un hombre la observa desde lo lejos, negando con la cabeza. "Vaya, qué pena, otra persona más" murmura con cierta tristeza. Ella lo mira, se ha dado cuenta de que la está mirando.
- Deberías darte cuenta de lo que hay a tu alrededor.
- ¿Perdone? -ella se quita los cascos del reproductor.
- Observa, niña, observa tu mundo espectacular y mágico. Aprecia las cosas bonitas de la vida, pero no intentes crearte un mundo en el que sólo puedas estar tú.