lunes, 31 de enero de 2011

Viaje al centro de su tierra II


Coge las maletas, como buen caballero que es, mientras ella baja la escalera hasta el coche. Ella está impaciente. Van a pasar un fin de semana a Logroño y, con él, todo puede pasar. Ella es feliz, tan feliz que le da miedo sentir algo tan fuerte. Por eso trata de fingir que no lo necesita tanto, intenta creérselo ella misma. Aunque él la quiera aún más, como cuando se quiere incondicionalmente a un niño pequeño simplemente porque te da vida con una carcajada.
- ¿Estás lista, mi amor? -mete las maletas en el maletero y le abre la puerta del coche a ella.
- Sí, estoy lista para saber qué pasará.
Y él agarra sus mejillas y la mira a los ojos. No dicen nada, pero saben que aquello nunca estuvo bien. Tal vez, apostar por alguien con quien no deberías estar traiga más problemas, pequeña. Pero ella no quiere darse cuenta de que él no es el hombre de su vida, según cuentan. Cada vez que sus labios se unen, da igual qué más puede pasar. Da igual todo, excepto ellos.

1 comentario:

  1. Lucronium ni más ni menos...
    Es más cruel vivir engañado que un silencio correspondido.
    Ella no sabe lo que se pierde, pero seguramente tiene motivos para desconfiar...
    Y la mejor sinceridad reside en un beso correspondido, pero no todos saben interpretarlos...
    Me ha gustado leerte.

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