sábado, 4 de junio de 2011

Alone.

Ella camina entre la multitud hasta encontrar un lugar apartado donde poder sentarse, despejarse. Abrumada por tanta gente, necesita un momento para volver a respirar y pensar en qué estaba pasando. Sus amigas no estaban, se encontraba sola. Sola y como una estúpida. "No puedo más", susurró con una lágrima en los ojos.


Muchas veces me paro a pensar en cosas que no debería ni analizar. Cada vez todo el mundo pasa más de los demás, cada vez paso más de todo el mundo. Me molesta que me insistan, pero aún más que ni siquiera lo hagan. Agradezco un abrazo a tiempo, aunque también acepto los que están fuera de lugar. Me gustaría poder estar frente al mar con él y gritar, sin acercarnos al agua, sólo rozando la arena. Odio cuando la gente es tan falsa que incluso ella misma se cree sus mentiras. Me gustaría no pensar tanto en las cosas una vez hechas. ¿Qué más da si le besé, si no le besé o si salí aquel día? Lo hice porque en ese momento era lo que creía y punto. Muchas veces estoy equivocada, pero otras acierto y no obtengo una recompensa. Y últimamente siento que estoy perdiendo demasiadas cosas, incluso la vergüenza a estar sola. Te necesito y no puedo ni decirlo en voz alta; necesito tus abrazos, tus palabras bonitas y tus besos. Y sí, tal vez todo fuera un error, pero me gustó vivir ese error.

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