
Simplemente, imperfecta, con todo lo que eso conlleva. Ella lo sabe, pero no le importa. ¿Para qué ser perfecta? Serlo sería demasiado aburrido. Y, así, con sus grandes o pequeñas imperfecciones, es feliz. Porque no se podría alcanzar nunca la perfección absoluta. Es demasiado complicado llegar a ella. Siempre hay algo, una mínima tontería, que hace que ya no seas perfecta. Por eso, intentar serlo es agotador. Y como ella no quiere ser perfecta, es aún más perfecta. Porque sabe que si quisiera acercarse a la perfección lo podría hacer, pero prefiere ser normal. Ser una chica más. Esa es su cualidad más especial, el querer ser ella misma y no lo que se debería ser.
No hay comentarios:
Publicar un comentario