domingo, 16 de mayo de 2010

Pablo Neruda.


Su melena se enredaba con el viento. Un cigarro en su mano izquierda. Un mechero en la derecha. Caminaba por la calle. Oscuridad y sombras. Pensaba en todas las cosas que la amargaban. Sus padres. Su hermana. Sus estudios. Todas esas tonterías que no dejaban de rondar su cabeza. Quería olvidarse de todo. Quería fumar. Quería encenderse el cigarro. Pero hacía demasiado viento. Se paró. Miró hacia el muro que tenía al lado. "Quiero hacer contigo lo que la primavera hace con los cerezos". En ese momento, lo consiguió. Una sonrisa y, por un segundo, olvidó.

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