lunes, 14 de febrero de 2011

Historia de San Valentín II

-Pues vete con ella si tanto te gusta -ella grita, enfurecida.
-No digas tonterías, joder, que simplemente he dicho que hoy estaba guapa -él bufa, intentando acercarse a ella, algo que no consigue pues ella huye por el pasillo.
-Ya, claro, ¿por eso le has tenido que mirar las tetas? -él la agarra por la espalda, girándola para mirarla a los ojos.
-No te pongas así por una tontería, sabes que eres la única.
Y se funden en un beso sin descanso. Ella realmente no estaba enfadada, le gusta discutir de vez en cuando con él sólo por sus reconciliaciones. Ella comienza a caminar por el pasillo hasta su habitación entre besos. Adiós a la camiseta, adiós a los pantalones. Adiós a su enfado. Y un beso, un suspiro, un lugar cálido y desconocido. Terminan fundiéndose en mil besos, mil caricias, mil jadeos. La cama fue testigo de la unión de una pasión desenfrenada, testigo de gemidos, de fluidos, de miradas.

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